Así se llama nuestra caseta, ‘DE VERDE Y ALBERO’. Una caseta humilde, abierta, con identidad y con un servicio de catering que quita el sentido. Cuando montamos la caseta no lo hicimos pensando en lo bien que se iba a comer en ella, pero por suerte, aunque la calidad de la comida se haya convertido en una de las señas de identidad de la caseta, la razón principal era y sigue siendo la de contribuir con nuestro granito de arena a engrandecer la cultura portuense, en este caso con la que es considerada la gran fiesta de la ciudad.

Por mucha polarización que sigan generando los partidos políticos tradicionales, la magia de nuestra feria es superior y puede con ella, convirtiéndose ésta en un lugar de encuentro, convivencia y de pluralismo social donde todo el mundo es bienvenido. Y ese es el espíritu que desde nuestra caseta intentamos transmitir.

Pero independientemente de la magia de nuestra feria, cada vez es más clamoroso lo mal gestionada que ha estado durante muchos años, lo cual se manifiesta en precios o condiciones poco atractivas, para los caseteros y por rebote para los propios ciudadanos. Una mala gestión que solo es reflejo de cómo se gestiona el propio Ayuntamiento.

Por ello, nos guste más o menos, la idea de dedicar la feria cada año a un pueblo me resulta curioso que este año se haya elegido Estepona, una ciudad que precisamente ha sido reconocida como ejemplo de buena gestión estos últimos años.

Precisamente hace poco me pasaban un artículo donde escribían sobre el alcalde de Estepona: “rechazó el sueldo habitual y los beneficios para recibir un salario simbólico de un euro al año. Se dedicó a auditar las cuentas, para encontrar personas en la nómina municipal sin descripciones claras de los puestos de trabajo, pero prácticamente todas con teléfonos móviles y otros beneficios pagados por el ayuntamiento. Tuvo el valor de reducir el número de coches municipales, almuerzos, viajes y muchas otras formas de despilfarro y corrupción eliminando los privilegios ocultos y haciendo que el ayuntamiento fuera más abierto, comunicativo y transparente.”

O sea, hemos invitado a la feria de El Puerto a un alcalde, por cierto, también del PP que parece directamente la antítesis, lo contrario, de nuestro alcalde German Beardo y su gobierno. Esperemos que esta visita sirva para que nuestro invitado disfrute de nuestra feria, y de camino para que nuestros gobernantes aprendan algo de gestión y que la misma, también se vea reflejada en nuestro albero.