Durante los días previos a la celebración del orgullo LGBTIQ+ siempre surgen motivos que confirman que la celebración de este día es cada vez más importante. Queremos contestar a la sentencia del Tribunal Supremo en la que prohibía la utilización de banderas no oficiales, que incluye la bandera LGBTIQ+, en el exterior de los edificios públicos, ¡una ley de 1981!
Queremos contestar con un artículo de nuestra Constitución. Uno de los principios del artículo 9 dice:
«Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.»
Son necesarios los símbolos y los gestos que puedan hacer los poderes públicos, sobre todo, sin son para reforzar la libertad y la igualdad de las personas. También son necesarias las acciones a nivel legislativo para que todos esos obstáculos que lo impidan o dificulten sean reales y efectivas. Todos debemos participar en la vida política, económica, cultural y social, como dice el artículo.
Entendemos que el único motivo para no mostrar una bandera de libertad e igualdad como la LGBTIQ+ solo tiene detrás un pensamiento político rancio y no apto para una sociedad del siglo XXI.