Tribuna de opinión de Ignacio Arias Puyana

Allá por el 2019 escribí lo que fue mi primera tribuna para un medio de comunicación local, y desde entonces, comencé a colaborar con Unión Portuense, donde me involucré para potenciar y desarrollar propuestas culturales para la ciudad. En esa primera tribuna, traté el tema de la Casa de la Cultura de El Puerto, una cuestión pendiente que este Ayuntamiento lleva años arrastrando, como si se tratase de un proyecto imposible de resucitar.

Pasaron los años y ante el caso omiso de la concejalía de Cultura de completar o tan siquiera comenzar un proyecto por ellos mismos, en 2022 presentamos desde Unión Portuense una propuesta para designar una Casa de la Cultura provisional, ya que la inaugurada “Casa de la Cultura” de la Avenida Menesteo, desde entonces y hasta el día de hoy, continúa sin cumplir los requisitos para ser el espacio para lo que está designado.

Cumpliendo únicamente la función de ser una biblioteca municipal, la Casa de la Cultura tiene una planta en un estado lamentable, siendo un espacio diáfano y abandonado, el cual, para este gobierno del PP, no parece urgente la acometida de su arreglo. Es por esto, que ante el pasotismo de Beardo ante la cultura portuense, insistimos de nuevo en llevar una moción al pleno para tratar este asunto el pasado mes de febrero.

No sorprenderá que la respuesta fuera cuanto menos insuficiente, ya que para este gobierno no parece que sea una prioridad, sino que vislumbran la Casa de la Cultura como algo futuro, lejano e incluso ficticio. Una propuesta que tampoco logró aunar el apoyo de la oposición al completo, que difiere en el voto para puntualizar cuestiones que van más allá de lo que se propone.

Lo interesante sería fomentar esta futura Casa de la Cultura como lugar que albergue actividades y eventos culturales con una mayor asiduidad, de forma que el tejido cultural y artístico portuense pueda tener un espacio de encuentro, pero hasta ahora y ya son casi 5 años de “beardismo”, el gobierno no ha mostrado el más mínimo interés por definir esta sala.

El Puerto tiene muchos asuntos que resolver: regular el arte callejero, la creación de un consejo local de cultura o la habilitación de más espacios culturales, como regular de una vez las salas del teatro municipal, entre otros. Y este asunto pendiente, como todos los anteriores, sigue sin aparecer en la agenda del “cultural” del gobierno, mientras el tejido cultural portuense, siempre presente, no tiene lugar ni espacio donde evolucionar.